jueves, 22 de diciembre de 2011

El corazón de hielo.

Porque a nadie le gusta mostrarse vulnerable y a mí tampoco me gusta. Yo pienso que llorar no es fracasar ni mucho menos, pero por otra parte pienso que sí que te abre la puerta al fracaso.. Llorar delante del que te dañó es cómo darle un pastel para que siga alimentándose, es darle el poder, es invitarle a que continúe con la matanza. Si os digo la verdad, a mí en muchísimas ocasiones me gustaría reprimir mis sentimientos y no ser tan vulnerable frente a comentarios, ser una especie de mujer de hielo.. Me gustaría, ponerme un escudo y ser como aquel que dice, invencible. Me gustaría poder aguantar como una campeona mientras por dentro me rompo, sin que la otra persona tenga constancia de ello, es la mejor manera de darle una bofetada sin nisiquiera tocarle.. Pero también creo que reprimir sentimientos, mostrar frialdad e ignorancia delante de cosas, que en el fondo te afectan muchísimo, sería reprimir una de parte de lo que soy, una parte de lo que siento. Quizás la inseguridad hace que me vuelva vulnerable delante de situaciones complicadas. Alomejor me gustaría cambiar eso de mí, ser más fuerte y prohibirme llorar de vez en cuando. Pero como dije antes, desde crios nos educan para ser fuertes, ser torres que no se derrumben fácilmente delante de las adversidades de la vida, cuando sentimos toda la angustia, el pecho dolorido, siempre pensamos "debes ser fuerte, llorar es de débiles" Y es que recuerdo haber escuchado tantísimas frases de estas, siempre delante de dolor, las pérdidas o el fracaso, siempre nos han dicho, "no debes permitirte llorar.." Pero si nos paramos a pensar, muchas veces las cosas que perdemos o que se rompen en nuestras vidas son irreemplazables y ni siquiera nosotros mismos podemos repararlas. Los que nos quieren, muchas veces pueden ayudarnos a aliviar nuestro dolor y a soportar las pérdidas, pero ni aun así.. Aunque en muchas ocasiones me gustaría tener el corazón de hielo. Pienso que no debemos pedir permiso para llorar si sentimos que no podemos contener nuestras lágrimas, si sentimos que el corazón nos duele ¡lloremos! No tenemos que ser fuertes todo el tiempo, toda la vida. Creo que debemos permitirnos ser por momentos débiles y dejar que nuestros sentimientos salgan.

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